¿Por qué esta casa tan nueva, de pronto, se ha derrumbado? *

«Preparemos la conquista del nuevo gobierno nacional, popular y revolucionario del Frente Amplio, fuerzas aliadas y organizaciones sociales, sindicatos y la central obrera. El Frente Amplio al gobierno, la población trabajadora organizada al poder de decisión. Hacemos enfático llamado a no dispersar las fuerzas populares, ni a promover competencias electorales anticipadas».

Están para levantarla muchos miles de arquitectos.

Apenas se corrió la tapa de la grasera, apareció con fuerza imprevista, una crisis gestada en el intento criminal, duro, de imponer a como dé lugar, una dictadura del capital, a espaldas del pueblo, concentrada financieramente, los malla oro del sistema capitalista.

Lo que el Frente Amplio califica como una crisis institucional, no es otra que el destape de las relaciones de la cabeza de la conducción entronizada en el poder a través del Estado y sus instituciones. Al mismo tiempo, no puede impedir que aflore la corrupción como aceleración del curso de descomposición de la conducción política del Estado, incluida una coalición de gobierno amañada, en origen, con la concertación Sanguinetti-Lacalle.

La colcha de retazos se ha desarmado antes de tiempo y no tiene recomposición posible. Los casos Marset, primero, Astesiano, después, son solo pústulas que sinceran un régimen de opresión social de clases. Nosotros no minimizamos ni ignoramos los sucesos públicos, sino que creemos que es necesario correr el velo que separa la denominada crisis política, de la crisis social que es –en realidad– la que está desarrollándose a través de la lucha de clases.

No es la clase trabajadora la que genera aberraciones que incluso van contra las mismas normas mínimas del funcionamiento del Estado, colocado al servicio del gran capital. La historia tiene vericuetos no previsibles, pero tan objetivos como que Lacalle Pou y su entorno, convivieron durante años con uno de los cabecillas de una banda de corruptos, estafadores, expropiadores de los recursos públicos, cuando no, capaces de extorsiones y otras yerbas.

La sangre no llegara al rio, por ejemplo, con la sustitución impensada de Lacalle por Argimón. La conducción del Frente Amplio precisa sostener el arsenal de denuncias con propuestas que vayan más allá de exigir al Poder Ejecutivo que asuma responsabilidades. La resolución del Senado apareció a regañadientes, en condicional, mentirosa, en definitiva. En fin, expresión de un régimen agotado, que se parece bastante a una banda de forajidos en huida.

Sin embargo, no abandonaran un poder que han ido dilapidando en su persistente política de que el derrame hacia la sociedad de las abultadas ganancias de los malla, podría aplacar reclamos de la sociedad trabajadora. Permanecer, reiterar la denuncia de esa falsa condición, no alimenta la conciencia social de los trabajadores hacia una salida progresiva, en camino a revolucionaria, de una crisis que por cierto no es nacional, sino mundial del sistema.

Justamente por esta razón, se hace imprescindible el debate público en todos los estamentos de la sociedad para contraponer a la descomposición gubernamental un programa de transición, que se construya desde abajo, en los barrios, sindicatos, el PIT CNT, centros culturales, deportivos, en las Fuerzas Armadas, profesionales etcétera, un nuevo Estado revolucionario, que encare desde lo político, gubernamental, un gran frente único del Frente Amplio, Cabildo, junto a todas las corrientes que asuman total o parcialmente, el programa social histórico, fundacional, del Frente Amplio de 1971 para una salida progresista a la descomposición del gobierno de coalición.

“¡Están para levantarla, miles de arquitectos!” *

Que no solo es necesario sino posible de organizar y aplicar. Proponemos que el Frente Amplio convoque junto a los sindicatos, al PIT-CNT y al conjunto de las organizaciones sociales, a movilizaciones en todo el país en base a la urgente necesidad de imponer la defensa de la institucionalidad democrática junto a un programa mínimo de inversión en obra pública que genere empleo genuino, un inmediato plan alimentario nacional, unido al pago de una renta básica a familias sin ingreso regular.

La garantía de continuidad y resguardo institucional se ha puesto en cuestión cuando es el Poder Ejecutivo el que practica su harakiri. Hace ya meses que Cabildo Abierto propuso al Frente Amplio construir un acuerdo político- programático a mediano plazo. Es necesario barajar y dar de nuevo. Resulta inimaginable sostener, o que se sostenga, un poder internacionalmente aislado.

La región y el mundo muestran que el imperialismo ha perdido la hegemonía del mundo: nuevas progresistas y revolucionarias fuerzas están ejerciendo un enorme papel. Se aproximan en Brasil, con Lula presidente, nuevas condiciones en la relación de fuerzas entre el trabajo y el capital. Uruguay, a pesar de que el imperialismo interviene, que se parece a un torpedo lanzado al espacio.

Preparemos la conquista del nuevo gobierno nacional, popular y revolucionario del Frente Amplio, fuerzas aliadas y organizaciones sociales, sindicatos y la central obrera. El Frente Amplio al gobierno, la población trabajadora organizada al poder de decisión. Hacemos enfático llamado a no dispersar las fuerzas populares, ni a promover competencias electorales anticipadas. Apoyamos la conducción del Frente, al compañero Fernando Pereira y no fomentamos diferencias que no estén basadas en ideas y propuestas en la actual condición del país.

El próximo 1ro. de enero, todos los pueblos de la América Latina y el mundo vamos a festejar y celebrar que un obrero, como Lula, asumirá nuevamente por tercera vez la Presidencia de la hermana República Federativa del Brasil. Esta condición no debe quedar en lo simbólico sino fijada en lo organizativo del curso del país y América Latina: no existe otra salida que una progresista y revolucionaria, a la crisis del sistema.

Los pueblos muestran que, aun con muchas dificultades objetivas de vida, logran elevar lo mejor de sí mismos, construyendo frentes únicos que permitan salir de la descomposición del sistema. El querido compañero Fernando Pereira debe aceptar que entre su juicio – con el que coincidimos – de que “el gobierno de Lacalle se ha agotado”, a asegurar que el Frente Amplio obrara como garantía de que Lacalle Pou entregue el mando el 1° de marzo del 2025, existe no solo un tiempo extenso, donde resulta impostergable una propuesta concertada mínima, que evite continuar la siniestra política de exclusión y genocidio social.

No existe derechización alguna de la clase trabajadora como tampoco retroceso social en la lucha de clases. Por el contrario, el curso del mundo “vira” al progreso social, no del capital, en crisis y desmoronamiento en todo el mundo. Por eso la gran burguesía europea tomó durante la “pandemia”, medidas de Estado Revolucionario. Por esta misma razón apoyamos la política de Rusia de base soviética de dar inicio a una “guerra preventiva”, sin esperar el desastre de la guerra nuclear. En forma contradictoria, en los EE.UU. una gran parte de la clase trabajadora busca utilizar a Donald Trump y su política de reindustrialización de los EE. UU, la política del “sueño americano” del siglo XIX, el New Deal de 1833. Una crisis política que ya no la soporta el Globo financiero mundial, ni las monedas falsas, como el bitcoin, etc.

Un nuevo mundo viene germinando: la función, el rol de los Sindicatos, el PIT-CNT, los partidos de la clase trabajadora y el campo nacional y popular, las corrientes nacionalistas antiimperialistas, artiguitas, profesionales, etcétera, los movimientos que proponemos un programa en la perspectiva del Frente Amplio de 1971, asumimos con responsabilidad y derecho comprobado en nuestros Gobiernos nacionales, -en particular con los dos del compañero Tabaré Vázquez – para avanzar sólidamente en el camino de un Frente Latinoamericano Antiimperialista, en camino de la construcción de la nueva sociedad.

*  “Se trata de caminar”, canción de Manuel Capella.

Nota: La presente nota editorial forma parte de la edición 1038 de “Frente Obrero”, publicación oficial del Partido Obrero Revolucionario, fundador e integrante del Frente Amplio y miembro de la IV Internacional (leninista-trotskista-posadista).

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