El progreso social lo determina el proceso de la lucha de clases, en la construcción de su genuina dirección

«Entonces, de lo que se trata, es de analizar y apoyar el papel revolucionario del deporte, el valor del hincha y su lucha social desde el campo de la clase trabajadora, cuando en la forma, en la República Argentina, se ha producido electoralmente el “triunfo” de un candidato que, ante la crisis del sistema capitalista clásico, propone un “anarco-capitalismo,” basado en una hipotética política libertaria en la sociedad».

ARGENTINA: APUNTES DE UNA JORNADA DE LA LUCHA SOCIAL DE CLASES

El enorme “banderazo”, que no tuvo participación de organización sindical, política alguna, sí cultural deportiva, por iniciativa social, movilizó entre 35 mil a 40 mil “hinchas” del club Boca Junios en una marcha cuyo eje fue ¡“Fuera Macri y su mafia!, noa la privatización, el club es de los socios y el pueblo”.

Marcha multitudinaria, mezcla de fuerza, repudio, solidaridad y alegría social, que no de casualidad comenzó en el Parque Lezama, histórico espacio, en las puertas del barrio de La Boca, al que se denomina “Republica Socialista de La Boca”, poblada hace más de cien años por miles de inmigrantes y descendientes italianos, españoles, europeos del este, una  cuna de la organización de los grupos socialistas, anarquistas, a principios del 1900. Y desde 1945 punto de las reuniones del G.C.I. (Grupo Cuarta Internacional), base del trotskismo en Argentina, con Homero Cristalli (J. Posadas) en la dirección.

Es desde allí, desde el histórico Parque, ya desde las luchas independentistas del Siglo XIX, que se marchó al canto de “Boca y Román son del pueblo”. Combativamente, decenas de miles de todas las edades, marchamos hacía la “Bombonera”, mítico estadio de club, en apoyo a su vicepresidente Román Riquelme, contra una maniobra de la mafia M. Macri y compañía para que no se pudieran realizar las elecciones en el Club. Macri, sabedor que su “lista” Ibarra-Macri,  perdía por amplio margen frente a la lista de Riquelme-Ameal, utilizando su penetración en el Poder Judicial, realizaba maniobras de todo tipo que impidieran las elecciones, como parte de su proyecto privatizador del club.

Una manifestación, que se empoderó como “el Banderazo”, que muestra las enormes fuerzas sociales con confianza de clase trabajadora, para irrumpir, en este caso, en la defensa de sus derechos sociales. A su vez, dando testimonio de la capacidad de organización, una justa reivindicación que obligo a renunciar a las dos jueces que aceptaron el “pedido por el grupo Ibarra-Macri”.

Destacamos el valor, la enorme trascendencia que tienen estos acontecimientos que rompieron esquemas, en un hecho no particular sino social, lucha social, de clases, entre el pueblo que en las calles salió a defender sus derechos frente la mafia del sistema que pretende apoderarse de un instrumento, el Club Boca Juniors, como proyecto financiero nacional y extranjero, quitándole el corazón a la cultura, al deporte.

Existe una unidad social en el mundo que unifica “el banderazo” con la construcción de la nueva sociedad.

En la historia de la lucha de clases, los pueblos consiguen expresarse y luchar por sus derechos ante la pasividad y conservadurismo de las direcciones políticas y sindicales, utilizando herramientas que el proceso les pone a mano.

En este caso la defensa del Boca Juniors y concretamente del papel de Román Riquelme, hace a esa condición tan particular, especial de lo que está aconteciendo en la República Argentina. He ahí donde, en nuestra opinión, radica la necesidad de interpretar la estructura social de esta rebelión del hincha de Boca.

No solo como una acción particular sino social, que conmueve la estructura del sistema capitalista, cuando hace a la participación del pueblo, que con su trabajo crea riqueza. Una condición que en el mundo está haciendo del fútbol solo una mercancía más y donde la “plusvalía” de su trabajo se distribuye “equitativamente” entre las mafias de las apuestas, sponsors, representantes de los jugadores, etcétera.

Un espacio donde el pueblo, el “hincha”, no participa para nada. En nuestra opinión, la lucha del hincha de Boca, del pueblo boquense, está ya arrastrando a los hinchas de otros clubes, incluido algunas directivas, que se han pronunciado contra la privatización del deporte, del fútbol, como es el proyecto del macrismo y afines.

Entonces, de lo que se trata, es de analizar y apoyar el papel revolucionario del deporte, el valor del hincha y su lucha social desde el campo de la clase trabajadora, cuando en la forma, en la República Argentina, se ha producido electoralmente el “triunfo” de un candidato que, ante la crisis del sistema capitalista clásico, propone un “anarco-capitalismo,” basado en una hipotética política libertaria en la sociedad.

Cuando, además, de jugar el papel de salvar a la derecha, contiene condimentos que van a eclosionar, explotar incluso, frente al mismo sistema en que se apoya J. Milei. Esta condición se vivió claramente en el apoyo indirecto del Presidente electo J. Milei, a Mauricio Macri. Ahora, en nuestra opinión, cuando Milei evalúe que se está cargando encima un tremendo bulto, su apoyo va ir disminuyendo, cuando, de entrada, la condición de sostenibilidad social a su gobierno.

León Cristalli

Esta nota forma parte de la edición Nro. 1049 de «Frente Obrero» del mes de enero de 2024. «Frente Obrero», que en 2023 cumplió 70 años, es la publicación oficial del Partido Obrero Revolucionario, fundador e integrante del Frente Amplio y miembro de la IV Internacional (leninista-trotskista-posadista)

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