El estado revolucionario, la imposibilidad del bonapartismo y la intervención del Ejército Rojo en Ucrania, hacen al progreso social en el curso socialista de la humanidad

PONENCIA AL XXVI SEMINARIO INTERNACIONAL DEL PT (MÉXICO)

Saludamos al Partido del Trabajo de México, a su dirección política, en particular al camarada Alberto Anaya Gutiérrez, Presidente del Partido del Trabajo (PT) de México, en esta XXVI° convocatoria a la realización del Seminario Internacional “Los Partidos y una Nueva Sociedad”.

Creemos necesario, en el actual proceso mundial de revolución-guerra-revolución, destacar la importancia que para la liberación de los pueblos del mundo tiene la intervención de Rusia – de base social soviética, con el Ejército Rojo-, en Ucrania, para detener y derrotar el plan imperialista de la OTAN contra Rusia, la PAZ y el PROGRESO de la HUMANIDAD.

Realizamos este XXVI Seminario en momentos históricos, en que la correlación mundial entre el progreso y la reacción imperialista, plantea que se ha abierto una nueva etapa del desarrollo desigual y combinado del curso histórico de la humanidad. Por esta razón, esta intervención, que nada tiene de “invasión” militar, forma parte del progreso y el papel revolucionario del pueblo ruso soviético, que no abandonó su espíritu y decisión de construir una nueva sociedad.

De la misma manera que en este XXVI Seminario Internacional, organizado por el Partido del Trabajo de México, lo es en la necesaria discusión que eleve la elaboración de programa y política en el mundo, para enfrentar la nueva condición de “guerra mundial diseminada por el imperialismo en varias parte del mundo”, de la que  la actual situación en Ucrania, en particular, el imperialismo está utilizando al corrupto Gobierno de Zelensky, como base y espolón de proa contra la paz y el progreso humano.

NO EXISTIÓ NI CAÍDA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA NI DEL SOCIALISMO

Esto no es casualidad, sino una consecuencia directa en que nunca hubo retroceso alguno en el curso del progreso revolucionario de la historia, ni tampoco existió la “caída de la URSS y el socialismo”, como hemos analizado, y documentado siempre, y defendido también en estos hermosos seminarios del PT de México. Existe, en cambio, un curso que responde a una condición revolucionaria del progreso de la humanidad, de la misma manera que, en América Latina, la imposición social y electoral de los pueblos, ha conseguido imponer nuevos gobiernos progresistas y revolucionarios en su perspectiva social y como naciones, rompiendo así la agresiva política de intervención imperialista que se procesó con gobiernos corruptos y represivos para impedir el progreso de esta parte del planeta Tierra.

También esta condición forma parte y desnuda a la reacción conservadora pro imperialista, cuando en este contexto, se produce el fallido magnicidio contra la compañera ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta de la República Argentina.

EL IMPERIALISTA METODO DE ELIMINAR DIRECCIONES REVOLUCIONARIAS:   FAKE NEWS Y LAWFARE

Esta acción con intención criminal en Argentina, como de otras formas la ha venido haciendo en todo el mundo el sistema capitalista imperialista, quedaría solo como “tragedia” si, políticamente analizado, se lo encerrase como un problema de “odio” personal. Mientras, de fondo es una realidad que parte de la lucha social de clases, de sus consecuencias: es un odio de clase!  Ver y creer que el intento de criminal acción con simpleza y superficialidad en donde “el amor vence al odio”, es quedarse en las puertas de la realidad que nos enseña la historia. Aun siendo hermoso y profundamente humanista el pensamiento, reduce la condición en que la acción criminal es circunstancial, y no una organización imperialista criminal subliminalmente organizada para intentar no dejar huellas complementarias, si el magnicidio hubiese tenido éxito. En Argentina, si hubieran salido las balas, no estaríamos hablando del “amor” sino socialmente encarando desde la clase trabajadora lo que había que hacer.

Lo que se está desarrollando en el mundo no son odios raciales, étnicos, religiosos etcétera, sino – social y políticamente -, las formas desiguales de la lucha de clases. Como lo es el permanente reclamo del pueblo palestino para defenderse de la acción imperialista del Gobierno de Tel Aviv, una parte de la lucha de clases en todo Medio Oriente. O en Honduras, derrotando el golpe fascista por la vía electoral de un nuevo Gobierno progresista; o en Bolivia, que, en menos de un año, fueron expulsados los usurpadores genocidas, aliados a las empresas trasnacionales del petróleo y el litio, recuperando el pueblo boliviano su legítimo gobierno.

O Chile, y más recientemente en el magnífico triunfo, luego de 74 años, en Colombia, derrotando a los que desde 1948 habían cercenado los derechos democráticos, sostenido en el contubernio mafioso – narco, tomando para sí el derecho al progreso social al pueblo colombiano. Y lo que se viene en Brasil con el próximo triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva al gobierno.

El Posadismo, con la IV Internacional (Leninista-Trotskista-Posadista), en el XXV Seminario (2021), en nuestra ponencia, propusimos la urgente necesidad de encarar el nuevo papel de los Estados nacionales, no solo en cuanto a los acuerdos de las economías regionales, etc. sino de la política internacional, mundial, para ser parte dinámica del rompimiento de la hegemonía imperialista -actualmente fallida-, que se sostiene con la intervención militar en el planeta.

Discutir, entonces, en una etapa en que el sistema, ha entrado en su ocaso final, exige ver no solo el papel de los partidos sino el de los Sindicatos, las Centrales Únicas de Trabajadores, los centros y organizaciones comunales, culturales, deportivos, los militares nacionalistas antiimperialistas. Todo lo que hace a cómo avanzar en Frentes Únicos tácticos junto a alianzas de clase, para enfrentar ésta, la etapa final del sistema capitalista y su cabeza imperialista.

En el XXV Seminario propusimos discutir el papel de las burguesías europeas en su accionar de salvataje al sistema y las empresas privadas a través de los Estado nacionales, aun mismo EE. UU, invirtiendo cientos de miles de dólares en tratar de enfrentar la crisis que se había desatado con el Covid19, etcétera.

¡Era, y es!  una nueva condición de la historia y del papel del Estado, que nosotros basamos en el pensamiento de Don León Trotski y J. Posadas, y vemos, es de “transición a una Nueva Sociedad”, en la medida que las direcciones progresistas y revolucionarias, asumamos el reto del progreso social.

Por estas razones, en Argentina, es un error encarar el curso encerrado en el “odio” como sensación individual, o colectiva, de un sector, porque es “odio” de la clase social explotadora en la Argentina y en todo el mundo es un odio social, de clase, como tantas veces planteó públicamente la compañera Evita.

En Argentina, como en todos los países y pueblos del mundo, no existe ninguna grieta, – como es aceptado por los partidos del sistema -, sino una histórica división entre clases, incluyendo a desclasados y lumpen marginados. Mientras que los cientos de miles que fueron al acto de repudio al intento de magnicidio y en apoyo a Cristina, en su inmensa mayoría, participaron esperando y apuntalando a sus direcciones sindicales, políticas, para elevar su conciencia social y profundizar la continuidad de los doce años (2003/2015) de gobiernos populares, democráticos, transformadores.

En Argentina, pero también en los países cuyos pueblos han logrado imponer gobiernos con política nacional y popular, detenernos en el “diálogo para consensuar”, poniendo de ejemplo “España y el Acuerdo de La Moncloa”, es frenar e ir contra natura de lo que, en la lucha de clases, hace el sistema imperialista mundial en todos lados. Por esta razón, vemos la urgente necesidad de discutir el papel de los Estados nacionales en esta etapa de la crisis del capitalismo, analizar a fondo el rol de los estados en la construcción de la nueva sociedad.  Los partidos tenemos allí una función central a realizar, como se plantea en nuestros Seminarios, organizados por el PT.

DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS ES ANTAGONICO AL CAPITALISMO

Hoy, en Argentina, pero también en los más grandes países de la Región y en el mundo, la decisiva intervención del Ejército Rojo en Ucrania en defensa del pueblo soviético y la paz en el mundo, alienta al progreso y da seguridades, confianza, de que ese progreso, será alcanzado. Existe un antes y un después de la intervención en Ucrania, del curso social y político mundial. De la misma manera que globalmente no se puede realizar un Seminario – el nuestro, o cualquiera otro -, sin analizar, sin partir de que, cuando la dirección del Gobierno y Estado de la Rusia actual, de base social soviética, decide y aplica la concepción revolucionaria de la “guerra preventiva”, lo hace no solo en defensa del pueblo ruso sino de la humanidad, de la paz.

Más allá que esta guerra preventiva, haya partido del análisis y conclusión de J. Posadas – ya desde la etapa de 1970 -, como “inevitable” en la resolución del enfrentamiento de sistema contra sistema, es una acción que, dejando de ser local o regional, involucra al curso de la historia de la humanidad. (1)

Allí está el papel del Estado con gobiernos nacionales y populares, como de sus direcciones políticas, junto a las consecuencias económicas que viven los pueblos. A diferencia de las guerras anteriores, cuando las crisis en la historia se producían por la conquista colonial de las riquezas de otras naciones, la actual crisis de la economía mundial transcurre en pleno proceso de crecimiento de las fuerzas productivas.

Un curso vertiginoso en el aumento productivo que genera la tecnología cibernética de producción concentrada, robotizada, que, al mismo tiempo, de acuerdo a nuestros análisis “produce plusvalía concentrada por la fuerza del trabajo humano” (año1988; León Cristalli). Proceso que en Occidente es dominado financieramente por las empresas transnacionales imperialistas concentradas en el Wall Street, que no han podido, ni podrán, superar la previsión de Marx y Engels en el Manifiesto Comunista de 1948: el antagonismo del sistema consigo mismo. Junto con la creación del proletariado, el sistema de producción industrial centralizada, produciría el cisma del capitalismo.

Un curso que hasta hoy, hemos denominado “de rebelión de las fuerzas productivas” (1988), aliado objetivo de la lucha de clases que el sistema capitalista no puede evitar y menos, superar. Por esta razón, el sistema capitalista, hace una economía mundial de guerra: por ahora con las guerras regionales, con distintas formas y espacios del planeta, intentando dominar el proceso de concentración de la producción, con alta productividad, en que muy a su pesar, está envuelto. Al mismo tiempo, lo necesita como herramienta de su economía, para intentar derrotar el revolucionario curso evolutivo social de la humanidad, en camino de la organización de la nueva sociedad socialista.

ESTANFLACION NIEGA DESARROLLO ARMONICO SOCIAL EN LA ECONOMIA

En estas condiciones de pleno desarrollo de la producción de bienes y servicios en el mundo, se produce una contradicción con el progreso para una distribución social equitativa que se justifique per se, frente al inevitable proceso de la necesidad concentrativa que impone el sistema capitalista. Es aquí donde los estados capitalistas, en sus distintos niveles de desarrollo, o tiempos en el mundo, enfrentan la estanflación que es parte esencial de “la inflación” (aun en países ejes del sistema como EE.UU, Alemania, Francia, Inglaterra, etcétera) que aflora en forma “natural” al aumento productivo, la carencia de mercados, la necesaria “inflación” para garantizar “ganancia”, que ataca las economías y subsistencia de los pueblos. Resulta central porque, al mismo tiempo, produce la concentración financiera del capital al disminuir el valor real de ingresos, salarios, de los trabajadores. El final de los Estados de Bienestar Social, aumentando el costo de vida, que funciona paralelo al curso de la “plusvalía concentrada” que surge de la explotación del trabajo.

Ante la pandemia, el sistema capitalista se obligó a sí mismo, negando su política anti Estado, neoliberal, como lo hizo en Europa y los EE.UU., priorizando resolver su crisis y parálisis, sosteniendo al sistema capitalista, con millonaria inversión financiera estatal. Que el propio imperialismo fue absorbiendo a través de las grandes empresas trasnacionales con multimillonarias ganancias. Un curso que, visto desde la vereda de enfrente, no las pagará el capital financiero, sino que la financiaran los pueblos que son los que sostienen con su trabajo, a los Estados nacionales.

LA PANDEMIA SINCERÓ EL CURSO Y LA CRISIS DEL SISTEMA

Al contrario de los que creían que la pandemia era un “invento del sistema para dominar la humanidad”, su desarrollo, si bien capitalizó a las grandes empresas, afectó, al mismo tiempo, el curso capitalista de concentración del poder político y económico, al mostrar la enorme debilidad que como sistema tenía al tener que recurrir al ESTADO NACIONAL como salvavidas de sus economías. Ello paralizando el desarrollo económico productivo junto a las crisis que esta produce en bienes y servicios. Allí aparece incluso en los países imperialistas del sistema la inflación y concentración financiera especulativa, porque esta crisis es consecuencia de una política mundial que cercena el poder adquisitivo del mercado social, que a su vez es sobre ofertado por el curso productivo, y dejando sus beneficios solo a una reducida parte de la sociedad (el 18/20%) que hace inevitable esa necesaria concentración imperialista de la economía.

Una condición, a diferencia de Rusia y China, que avanzan, reorganizando sus economías, aun peleando contra las oligarquías internas, consomoles financieros aliados del imperialismo. A pesar de esta condición, desde la cabeza política de los Estados, avanzan a una nueva conformación de la economía euroasiática, vinculados con Latinoamérica y África, como es el BRICS, el Banco Euroasiático, etc.  de un funcionamiento común, sin necesidad de la divisa EE.UU., como analiza Vladimir Putin. Es justamente por esta razón, que el imperialismo necesita la guerra como herramienta de sostén imprescindible a su procurada unipolaridad y concentración imperialista, en particular, los EEUU.

El sistema imperialista construyó una política (1991/98) de “inversión multimillonaria en la Rusia de Yeltsin y una capa de burocracia”, que ansiaba el capitalismo, no el mejoramiento del nivel de vida del pueblo ruso. Política que tampoco llevaba el –  por nosotros catalogado –  Sr. M. Gorbachov como “relojero”, implementador con su “perestroika”, del desarme minucioso del poder soviético que pertenecía al pueblo ruso y su Ejército Rojo. La “glasnost” fue la herramienta que se justificaba en la necesidad del progreso del país de los soviets “volviendo a Lenin” no a la falsa libertad imperialista.

En aquel período de transición y sinceramiento de la URSS y Rusia, el imperialismo se equivocó: se sintió triunfador, perdiendo miles de millones de dólares de inversión directa, que fueron a las arcas de una oligarquía parasitaria que la reinvirtió en el “occidente” financiero, deportivo, empresarial, en lujosos coches, barcos, etcétera. Una política de compenetración para crear una burguesía y derrotar a su enemigo de clase: la URSS, el pueblo soviético, el Ejército Rojo. E impedir la alianza con la República Popular China y la dirección del PPCH. Eso fracasó en el año 2000.

Esa política imperialista tuvo una “cortísima primavera”; unos 8 años pensando que había caído la URSS y el socialismo. Muchos renegados del socialismo también acompañaron esta blasfemia a la historia. Nosotros editamos tres libros (tres) en esa etapa, donde, justamente, analizamos el papel de defensa de la humanidad y la paz, con que ahora se basa la política exterior del actual Gobierno de la Federación Rusa, de base social soviética, en nuestra opinión.

Era necesario ver que, por el contrario, y, en síntesis, solo fue un desvío transitorio dentro del proceso regenerativo de la Unión Soviética, como lo sostuvimos a partir de los años 90 del pasado siglo. Política que hoy constatamos en la progresiva política de lucha por la paz y el progreso social del planeta tierra sostenida por V. Putin, S. Lavrov, S. Shoigú, sus equipos, el papel del Ejército Rojo en Ucrania, como también en los acuerdos militares con Venezuela, Cuba, Nicaragua, Medio Oriente, Siria, etcétera. Esta política significa la derrota mundial de la OTAN y sus siniestros planes de dominación global de la humanidad.

¿COMO SE EXPRESA EN ARGENTINA EL CURSO MUNDIAL?

En Argentina, este proceso, se da tanto al interior capitalista, – que no ha cambiado con el Gobierno de Alberto Fernández -, como en el actual crecimiento (6/8%) de la economía, saliendo de la parálisis industrial, etc. Un logro financiero, pero que no baja a l@s trabajador@s que tienen uno de los ingresos más bajos del mundo con relación al dólar. La capacidad técnica del trabajad@r en Argentina le da un soporte esencial a cualquier plan productivo porque se asienta en su alta productividad.

Pero, como en todo el mundo capitalista, crece una economía que continúa arrastrando antagonismo social cuando no logra eliminar la desocupación, al mismo tiempo que aumenta la capitalización financiera, producto de las enormes riquezas materiales. En función de la alta productividad, del progreso tecnológico aplicado a la producción, que no solo genera “plus valía concentrada”- como venimos analizando desde 1988 – “, sino que, por contrario, expulsa al vacío de la desocupación a millones de trabajadores en el país, como en el mundo. Un proceso previsto por el Programa de Transición (1938) de don León Trotski y la IV Internacional, con la propuesta de “distribución de las horas de trabajo, con igual salario”.

Ante ésta condición, el sistema capitalista, en algunos países, trata de reducir los días y/o la jornada laboral, los días de trabajo, etc., aunque manteniendo desigualdad salarial. Una tarea que, en esta etapa, deberá ser imprescindible rol a desenvolver por un nuevo Estado revolucionario, de transición, que permita generar una nueva sociedad de trabajadores.

El sistema capitalista se muestra no capaz de resolver este axioma económico-productivo-social: lejos de utilizar la fuerza de trabajo desocupada para presionar a los trabajadores ocupados, viene generando amplias capas de la sociedad, de mano de obra desocupada. Como sistema, resulta incapaz de encontrar salida, ampliando la base de millones de excluidos y marginados, obligando a los Estados, a desenvolver gestiones asistencialistas – paternalismo político -, que ni siquiera alcanza a solucionar el problema: termina sosteniendo el gasto, con el erario público, la riqueza que producen los trabajadores en actividad. Esto produce desnivel de vida de millones de trabajadores en el mundo, aún con la súper explotación esclava como en India, Birmania. o Oceanía. Un Estado ausente que no encuentra salida social en aras del sostenimiento de un capitalismo feroz, apareciendo la contradicción de una economía en expansión productiva con una sociedad que funciona solo para los menos.

UN IMPOSIBLE CAPITALISMO BUENO, NI UNA ECONOMÍA POPULAR AUTOGESTIONARIA

La lucha que llevan a los movimientos de desocupados en una sociedad, donde no existe el “capitalismo bueno”, al igual que procurar construir una Economía Popular autogestionaria, no tiene posibilidad alguna de éxito. Si no se procesa la planificación desde el Estado de lo que hace a la vida del país, la economía popular, como fuera en el 2001, de “trueque”, no logra, no tiene peso en la producción de bienes y servicios ni hace a parte del “mercado de consumo”, y es el Estado nacional que la termina subsidiando.

No existe posibilidad de generar una Economía Popular si no se basa, volviendo a la Constitución de 1949 (primer Gobierno de J. D. Perón), como lo formuló la clase obrera organizada desde los programas de los sindicatos y la CGT (Confederación General del Trabajo) en La Falda (1957) y Huerta Grande (1962), con la propuesta programática de planificación estatal de la economía y el control obrero, la gestión de los trabajadores (ver Internet)

Un curso de crisis del sistema, que no es nuevo, y si inmensamente mayor en todo el Planeta, en Europa se representa con la inmigración de mano de obra barata, esclava, de África; o desde A. Latina, hacía los EE. UU, los “espaldas mojadas latinoamericanos, centroamericanos de esta época,”. Un curso que el sistema utiliza para pesar sobre los trabajadores ocupados, en contra de sus conquistas. Una situación social que enfrenta a los Estados a una crisis sin solución, dentro de un natural como contradictorio curso, una condición ya analizado por los maestros del marxismo.

En América Latina, las naciones llamadas “subdesarrolladas”, también en Europa y los EE.UU, esta condición produce reacciones sociales conflictivas por combinación de desocupación, inflación, crecimiento económico y estanflación de la economía, donde los trabajadores pierden siempre. Mientras se llega y explora al espacio, el cosmos, en el Planeta, existe un 60 % de población pobre.

En Argentina, la heredada deuda con el FMI pesa sobre el Gobierno y presiona sobre la economía argentina. El FMI utiliza una herramienta, la deuda, conscientemente creada y elaborada con la complicidad del gobierno de Mauricio Macri (2015/19), el que no solo dilapido 98 mil millones de dólares entre sus amigos y parte de la sociedad con alta capacidad financiera empresarial del campo y las industrias extractivas, exportadores de la riqueza nacional y exportadores de divisas a sus clandestinos “paraísos fiscales”. Toda una política que dejó una condición de enajenación económica al país por decenas de años. Una política que hubiera continuado si Mauricio Macri ganaba un segundo mandato, como, hipotéticamente y subestimando al pueblo argentino, creyó. Siempre dejando prendado y endeudado criminalmente el futuro de la República Argentina.

Esto hace hoy a la política de la derecha, y el “capitalismo bueno”, a través del valor de las divisivas, la exportación de cereales etc. y la necesidad de más divisas para sostener el aparato industrial. Controlan y someten la economía al interés trasnacional financiero. Así se impuso un “acuerdo con el FMI con el control del propio FMI dentro del Estado” para gobernar desde Washington.  Un doble poder objetivo, frente al poder que en el país se desarrolla:  basta ver como el Agro industrializado controla la política de Gobierno. Por ejemplo, se da el lujo de no vender cosechas, reteniendo decenas de miles de millones de dólares en las “silo bolsas”, o cuando en el mercado negro suben el dólar, o lo bajan un 20 %, para mantener el control e imponerse a cualquier intento de una política nacional y popular, una propuesta electoral que gano las elecciones nacionales en la República Argentina el 27 octubre de 2019.  El intento de magnicidio contra CFK, es parte de esta política de clase.

Una política imperialista de intervención y control sobre la función del Estado Nacional dirigida a desguazar la política Nacional Y Popular. Así es como la Deuda Externa fija los tiempos del desarrollo, generando una amplia pauperización en el valor real de sueldos, salarios, jubilaciones, en comparación con los 12 años de Gobiernos kirchneristas, dentro de un escenario en disputa.

Una condición que vemos en el enfrentamiento en Ucrania, donde el imperialismo hacía, hace, desde la OTAN, una cínica política que respaldan genuflexas burguesías europeas, optando permanecer   bajo el mando de los EE.UU., que sí está interviniendo con armas y “voluntarios”, contra el progreso del pueblo ucraniano, en contra pueblo ruso y su historia soviética de 70 años, al mismo tiempo, que contra el desarrollo pleno del curso “regenerativo de su Estado”.

Las experiencias y conquistas sociales de los doce años de Gobiernos peronista – kirchnerista en Argentina, también de los gobiernos antiimperialista en América Latina, fueron logros muy breves porque se combinaron con el curso internacional de reorganización al interior de Rusia y China, en particular. Por esta razón, se registró un avance en tiempos provisorios, también en cuanto a sus logros. Al mismo tiempo, el trabajo imperialista de quitar de escena a gobiernos, que basados y apoyados en una política nacional y popular, avanzaban hacia nuevos Estados de Transición, dentro de un curso revolucionario, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, son atacados tanto como trabados en su desarrollo social, en soledad frente a organismos como OEA, el FMI, BM, etc.

REVISAR LOS PORQUÉ DEL CURSO DESIGUAL EN AMÉRICA LATINA, Y QUÉ RESPONSABILIDAD TENEMOS LOS PARTIDOS REVOLUCIONARIOS

Un proceso necesario, en este XXVI Seminario, es la necesidad de revisar el porqué del curso, qué responsabilidad tenemos los partidos. También de una cortísima duración que se sostuvo en una pseudo democracia representativa,  apoyada en uno de los poderes el Estado Republicano capitalista, el Poder  Judicial con la política del lawfare (guerra jurídica con apariencia de legalidad)  para destituir gobiernos legítimos, o para intimidarlos, con un nuevo “Plan Cóndor”, pretendiendo revivir la etapa de dictaduras, cuando el sistema había logrado cercenar la lucha por una Patria Grande  que revivió en Mar del Plata, Argentina, el  5 de noviembre de 2005, derrotando al ALCA imperialista.

La reciente, e históricamente cortísima etapa, de gobiernos cipayos al imperialismo, no consiguió estabilizarse por la inquebrantable lucha de los pueblos del continente que, sin miedo al futuro, reimpusieron gobiernos populares. En forma lógica, las aspiraciones sociales fueron, son, un impulso para la transición a una Nueva Etapa en todo el continente.

Un curso, un proceso, que difícilmente pueden lograr estabilidad sin el apoyo de los pueblos del mundo, de Rusia de base soviética, de la República Popular China. Por esta razón, el imperialismo y sus secuaces, procuran imponer un mundo unipolar. Están siendo derrotados en Ucrania, como también en México, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, etc., y en pocas semanas, en Brasil, con el nuevo gobierno del compañero Luiz Inacio Lula da Silva y el PT, en frente único social y político de masas.

DESDE EL CURSO NACIONAL Y POPULAR, HACIA UN ESTADO DE TRANSICION REVOLUCIONARIO, QUE PROCURARON DETENER CON EL INTENTO DE MAGNICIDIO A CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER

J. Posadas analizó el curso en la Republica Argentina, desde el año 1947 del pasado siglo, en el editorial de nuestro periódico, Voz Proletaria N° 1, “Plan quinquenal, o revolución permanente”. Un curso en desarrollo que el proletariado había impuesto como camino propio, al mismo tiempo que se corría el riesgo que el curso antiimperialista degenerara en un peronismo ajeno al movimiento obrero, hacia una etapa bonapartista de Gobierno y Estado Nacional.

Evita, Eva Duarte de Perón, y su lucha social, mostró la cara revolucionaria del peronismo, y del mismo Juan Perón, quien – ya pasados los años – planteo que el socialismo era una sociedad, pero del futuro. Por eso la Constitución del año 1949, realizada durante el primer mandato del Gral. J. D. Perón, tenía en su estructura la base para la transformación de las relaciones de propiedad y una producción organizada sobre un nuevo Estado Revolucionario. Hoy, 72 años después, la compañera Cristina Fernández ha vuelto a poner – a través del ejemplo lógico- que en 1949 Argentina exportaba tecnología aplicada, fabricaba aviones, barcos, automóviles etc. cuando en la China capitalista pre revolucionaria, anualmente, millones de personas morían por hambre.

Hoy es absolutamente al revés. Por eso el ejemplo del triunfo y posterior desarrollo de la República Popular China, dirigida por el PCCh, que la compañera Cristina Fernández de Kirchner puso como ejemplo del desarrollo de ambos países. Hoy, luego de 60 años de Gobiernos neoliberales, dictaduras etc. es la asimetría del 1949. China Popular dirigida por el PCCH produce para su nación y el mundo, creciendo, mientras la Argentina, decrece socialmente, producto de gobiernos y dictaduras, como el “Plan Cóndor”, el FMI etc. que algunos procuran revivir.

J. Posadas, a través de nuestro partido, analizó el origen y desarrollo del peronismo-comunista incorporado a la conciencia del proletariado peronista por su relación indivisible con las formas de producción, concentración obrera de clase, junto al papel que esta estructura socio productiva tendría, y tiene, en las decisiones políticas. J. Posadas dijo: “quien pone orden en el país es el peso y la vida social colectiva del movimiento obrero”. Por eso el golpe cívico-eclesiástico-militar de setiembre de 1955 no fue solo contra la persona de Juan D. Perón sino por lo que se venía construyendo como perspectiva revolucionaria dentro de la sociedad argentina. El papel y la  lucha revolucionaria que venía desarrollando la compañera Eva Duarte de Perón, “Evita”, su relación con los  sindicatos y los programas más  avanzados, no estuvo dirigido al asistencialismo  caritativo, sino hacia el  control y la decisión política de la clase trabajadora, imprimió a esa etapa una condición de doble poder, con el papel de los Sindicatos, las Comisiones Internas de Delegados de Fábrica, la CGT, que se continuó, posterior al Gobierno de J. Perón, con los históricos programas de la CGT y sSindicatos en La Falda (1957) y Huerta Grande (1962),verdaderos programas de Gobierno  y poder para construcción de  un Estado Revolucionario.

Nos recuerda al programa de Pulacayo (1948) en Bolivia o el programa de la III Convención Minera en Perú (1963). Programas de la clase trabajadora que, junto al pueblo argentino, decimos “sellados a fuego”, que no pudieron ser derrotados socialmente en su memoria, en la conciencia social de la clase trabajadora, por ninguno de los golpes cívico-eclesiásticos-militares durante 18 años en Argentina. Una América que, a su vez, dio la revolución cubana y la a transición de un Estado Revolucionario a un Estado Obrero en el continente.  Al mismo tiempo que en 1973, produjo el Gobierno de Héctor Cámpora en Argentina, antes a Velasco Alvarado en Perú, a J. J. Torres en Bolivia y Salvador Allende en Chile.

J. Posadas concluyó que si la alianza imperialista conservadora en Argentina no destituía a J. D. Perón, a sangre y fuego, los sindicatos, los trabajadores organizados, hubieran impuesto la primera revolución de carácter socialista en América latina, lo que luego se vivió claramente en los 45 días revolucionarios del Gobierno de Héctor Cámpora, en 1973.

Vivimos un proceso que no es para nada de retroceso, sino de maduración permanente, en América Latina en particular, emblema para una política y un programa de desarrollo, donde el sistema capitalista de producción debe ser superado con la distribución social de bienes y servicios producidos, fuera y en contra de un estancamiento bonapartista, en procura de generar una clase burguesa, sino un Estado Revolucionario de Transición que deberá avanza hacia la constitución de una nueva sociedad.

En los EEUU existe un proceso profundo, larvado, al interior en la sociedad, en la clase trabajadora y clase media, que imprime una contradicción particular. Nuestra opinión ya está formulada, documentada, en tres libros (2) acerca de la caracterización del gobierno de Donald Trump y el curso revolucionario al interior de los EEUU, y el mundo. Por eso la toma del Capitolio no es fue un hecho aislado, o de un grupo de locos reaccionarios, fascistas, etc., que sí, existen componentes de esta ideología. Pero en su proceso y estructura histórica, son expresión de una realidad social del pueblo norteamericano, donde los diarios asesinatos masivos, muestran a una sociedad en crisis estructural, que carece aún de organización política revolucionaria, ni sindicatos, ni de un ala de izquierda demócrata, que lo represente.

Es necesario apoyar al pueblo de EE UU en enfrentar la política que hace el imperialismo con el gobierno de Joe Biden, en contra del curso revolucionario de la historia, en esta etapa, final y ultima, de un sistema capitalista agotado por sus contradicciones, hoy antagónicas, a todo proceso evolutivo social y de progreso de la historia. Como la humanidad enfrenta el curso de desintegración del sistema privado. Transcurrimos, a nuestro criterio un curso de revolución-guerra-revolución, que enfrenta al imperialismo y su política armamentista y de intervención de la guerra que empuja la OTAN, desde Ucrania y otros estados de la región, intentando aplastar el proceso revolucionario en la Rusia actual , con el Gobierno de V. Putin, S. Lavrov, S Shoigu, que se apoyan en el pueblo ruso, que en su inmensa mayoría, en su 80 %, ansía volver a la Unión Soviética, solo que sin las contradicciones de su aparato y estructura  burocrática. O como en la República Popular China, el Gobierno y la dirección política de Xi Jinping con el PCCh, la Republica Popular de Corea, Vietnam, Cuba, etc.  Estados, pueblos que avanzan en la vía de Estados Revolucionarios de Transición y consolidación de nuevos Estados obreros “Sui Géneris”, maduración que existe tanto por condiciones interiores de las naciones como mundiales.

Partimos, a nuestro criterio, de condiciones maduras para avanzar hacia un ajuste nacional y mundial de cuentas frente al sistema capitalista. Esta es la etapa de la historia en que se desenvuelve, este, nuestro XXVI Seminario. Nosotros consideramos que es necesario incorporar a los sindicatos y centrales obreras, en todos estos debates que dirigimos a construir una Nueva Sociedad, a impulsar un nuevo rol de los Estados con Gobiernos Nacionales y Populares, en transición, a Gobiernos Revolucionarios antiimperialistas, como propone Evo Morales.

Los Sindicatos y Centrales Obreras, en muchos países, son los instrumentos políticos a través de los cuales se expresa y decide la clase trabajadora. Del mismo modo que, sin existir aun una Internacional Comunista de Masas orgánica, el papel que juega este Seminario del PT de México desde número I al XXVI, – como  hemos venido argumentando desde siempre,  los Seminarios hacen a una forma objetiva y  también respuesta, cuando vivimos “la etapa de la historia de  la Inteligencia y la Razón”, una condición que se constata en la revolucionaria aplicación, reiteramos,  por el Ejército Rojo de una “estrategia de Guerra Preventiva” contra la OTAN, contra el imperialismo mundial, síntoma inequívoco del progreso del  curso de la lucha de clases y la conquista de una nueva sociedad: el socialismo.

León Cristalli

Representante del Partido Obrero Revolucionario (Leninista-Trotskista-Posadista) de la República Argentina

6 de setiembre de 2022

  1. El concepto de “guerra preventiva” está desarrollado, entre otros textos, en el Informe “Desarrollo Mundial de la Revolución”, de J.  Posadas, en abril de 1967, en el VIII Congreso Mundial de la IV Internacional. Publicado en Revista Marxista Latinoamericana Nº 13, pág. 115.
  2. “Trump es la crisis de EEUU en un mundo en revolución”, tomos I y II y “Vigencia histórica de los soviets, a cien años de la Revolución Bolchevique rusa”. Todos de León Cristalli, editados por la Fundación J. Posadas Internacional, entre noviembre 2016 y noviembre 2917.
  3. La caída de la burocracia y el proceso de la reconstrucción de la dirección soviética (publicado en octubre de 1991). El fin del PCUS y la burocracia soviética en la perspectiva socialista de la humanidad (publicado en febrero de 1991)
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