Acuerdos Alimentarios de Estambul: mitos y realidades

Foto: Dilma Roussef y Vladimir Putin debatieron las perspectivas de que los Brics realicen transacciones comerciales internacionales utilizando monedas nacionales. (Sputnik)

Por Andrey Budaev, embajador de Rusia en Uruguay

Ante las múltiples noticias controvertidas difundidas por la prensa internacional e intentos de los medios de comunicación occidentales de crear la falsa narrativa sobre la decisión de Rusia de suspender su participación en así llamado “acuerdo de granos”, quisiera explicar la posición de mi país al respecto.

Hace un año, el 22 de julio de 2022, fueron firmados dos Acuerdos Alimentarios de Estambul (la Iniciativa del mar Negro y el Memorándum Rusia-ONU) con el fin de garantizar la seguridad alimentaria global, reducir la amenaza del hambre y ayudar a la gente más necesitada de algunos países de Asia, África y América Latina. Sin embargo, los productos alimenticios ucranianos enseguida empezaron a ser sacados del país con objetivos meramente comerciales en intereses lucrativos de Kiev y de sus patronos occidentales.

Los hechos y las cifras hablan por sí solos. Durante la puesta en práctica de la Iniciativa del mar Negro, en total se sacaron 32.8 millones de toneladas de cargas, más del 70% de las cuales (26.3 millones de toneladas) fueron enviados a países con nivel de ingresos alto y medio alto, principalmente europeos.

A los países más pobres, como Etiopía, Yemen, Afganistán, Sudán y Somalia les tocó menos del 3% de envíos, tan solo unas 922.092 toneladas. Para entender mejor esta situación hay que tener en cuenta que gran parte de terrenos de cultivo de Ucrania (más de 17 millones de hectáreas) pertenece a las corporaciones occidentales Cargill, DuPont y Monsanto.

Fueron estas empresas las que compraron tierras ucranianas, enseguida después de que Kiev levantó, por exigencia del FMI, la moratoria de su venta de 20 años de duración. Son estas empresas los principales beneficiarios de las exportaciones de cereales ucranianos.

Otros beneficiarios son los europeos que adquieren a pre precios dumping productos alimenticios ucranianos, para procesarlos en sus empresas y vender como producto acabado con un alto valor agregado.

Los países occidentales, de hecho, sacan doble ventaja: con la compra y con el procesamiento de cereales. Además de ello, EEUU y la UE, haciendo especulaciones con los precios, provocan escasez artificial de productos y desplazan productos agrícolas rusos de los mercados mundiales por vía de sanciones unilaterales ilegales.

En cuanto al Memorándum Rusia-ONU (se trata de posibilidad de exportar fertilizantes y productos alimenticios rusos, así como efectuar las transferencias bancarias para asegurar estos negocios) en la práctica no ha llegado a funcionar.

Con las hipócritas conversaciones sobre las necesidades de los países del Sur global y las sanciones que supuestamente no se aplicaban a los alimentos ni a los abonos como telón de fondo, Washington, Bruselas y Londres continuaron ampliar sus restricciones antirrusas.

Tan sólo la UE aprobó en 2022 cinco paquetes de sanciones. Tampoco se quedan atrás los estadounidenses y los británicos aficionados a las limitaciones extraterritoriales. Como resultado, las transacciones bancarias rusas, los seguros de transporte y la logística, así como los suministros de piezas de repuesto para la maquinaria agrícola y de transporte y los activos rusos en el extranjero quedaron completamente bloqueados.

Un ejemplo muy ilustrativo son los envíos gratuitos de abonos minerales rusos a los países más pobres efectuados bajo la égida de la ONU. Desde el momento, en el que se declaró el inicio de la aplicación de esta iniciativa, en septiembre de 2022, de las 262.000 toneladas de productos rusos detenidos en Letonia, Estonia, Bélgica y los Países Bajos, fueron enviadas sólo 20.000 toneladas a Malaui y 34.000 toneladas a Kenia. Y eso, a pesar de que se trata de una iniciativa meramente humanitaria, a la que en general no deben aplicarse ningunas restricciones.

Al mismo tiempo, la empresa rusa a la que le pertenecían los productos en cuestión cubrió además los gastos de su envío y transporte. Merece la pena señalar que durante la vigencia de la Iniciativa del mar Negro, el régimen de Kiev utilizó el corredor marítimo seguro, creado por Rusia para la salida de los cereales ucranianos, para lanzar ataques terroristas contra la infraestructura civil rusa, violando de esta manera el espíritu y la letra de la Iniciativa del mar Negro. También es importante recordar la historia con la reanudación del funcionamiento del ducto de amoníaco Togliatti-Odesa prevista por los Acuerdos de Estambul. Encima de sus compromisos asumidos anteriormente el régimen de Zelenski hizo saltar por los aires el 5 de junio de 2023 este ducto de amoníaco, que tuvo significado importante en asegurar la producción de fertilizantes, tan necesitados hoy en día a nivel mundial.

En dichas circunstancias de evidente sabotaje de la puesta en práctica de los Acuerdos de Estambul, carece de sentido continuar con la Iniciativa del mar Negro que no cumplió con sus objetivos humanitarios y no por culpa de Rusia. Suponemos que ha llegado el momento para demonstrar la declarada solidaridad de los aliados europeos de Kiev que pueden sacar los cereales ucranianos a través de corredores terrestres.

Sin embargo, la verdad es que el trigo barato que entrará sin ningún control amenaza invadir los mercados europeos, provocando las protestas de los granjeros locales que ya se hacen notar. Si es algo que realmente le preocupa a Bruselas, la UE puede perfectamente comprar dicho producto y, en vez de hablar de la lucha contra el hambre, proceder a enviarlo a los países necesitados.

Si los países occidentales realmente aprecian la Iniciativa del mar Negro, qué cumplan con los compromisos asumidos y levanten sanciones aplicadas a abonos y alimentos rusos. Únicamente, tras recibir resultados concretos en vez de promesas y declaraciones, Rusia estaría dispuesta a considerar la reanudación del Pacto por su parte.

Agosto de 2023.

La presente nota forma parte de la edición Nro. 1044 de «Frente Obrero» del mes de agosto de 2023.

«Frente Obrero», que en este 2023 cumple 70 años, es la publicación oficial del Partido Obrero Revolucionario, fundadores e integrantes del Frente Amplio y miembros de la IV Internacional (leninista-trotskista-posadista)

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