A 50 años de dos semanas que estremecieron al Uruguay

La Huelga General de 1973 en Paysandú se procesó como un doble poder efectivo: lugares de trabajo ocupados, vueltos a ocupar, sindicatos abiertos, reuniones permanentes en la ciudad, con centro político–organizativo en la casa del sindicato de trabajadores municipales. Doble poder que la clase trabajadora ejerció durante la huelga: parte del poder. En Plaza Constitución y alrededores se negociaba con mandos policiales – el sindicato policial Sifpom, ahora, integra el PIT-CNT- la forma que iba a tomar una manifestación, mientras la Policía recibía orden de no arrojar gases lacrimógenos.

La ciudad, el ambiente social y político, se mostraba solidario con la huelga general: se abrían despensas, viviendas, para sostenerla. El relato es vasto; deberá apuntar a una conclusión política. Fue una huelga de resistencia al golpe de Estado: la conducción de la huelga no planteó la disputa del poder del Estado. (1)

El curso histórico por venir, podría volver a colocar a la clase trabajadora del país en una condición similar. Menos de dos meses después de concluida, un golpe de Estado tomó por sorpresa a la Unidad Popular:  la sociedad chilena fue sometida a una cruel dictadura, de la que aún continúa emergiendo la sociedad.

No es posible ignorar que existía una crisis dentro de las FF.AA de Uruguay, profundas diferencias en relación a la democracia parlamentaria, al que hacer frente a la crisis: social, económica, laboral, institucional. La CNT, algunas corrientes dentro del Frente Amplio –el PCU, nosotros, el POR–, propusimos avanzar en alianza con corrientes institucionalistas, antiimperialistas, que se habían manifestado, política y programáticamente, en los Comunicados 4 y 7 de febrero de 1973.

La derecha militar proimperialista, parte de una ventaja: maneja a su favor la estructura de mandos, seleccionados, desde gobiernos de la burguesía. Son minoría dentro de la oficialidad, como lo son los progresistas, legalistas, nacionalistas, etc. En las FF.AA, la mayoría se ubica en el centro político, se refugia en el profesionalismo, la indefinición, la aceptación acrítica del mando. Sobre todo, la derecha sabe lo que quiere: mantener el statu quo, el sistema incambiado. Al fin, alumnos de las escuelas de formación de EE.UU, aliados, servidores del imperialismo y oligarquía.

La Huelga General al no transformarse en una huelga por el poder obrero en alianza con el Frente Amplio, una parte del Partido Nacional, la corriente representada en los Comunicados 4 y 7, para imponer un gobierno de transición, creador de una nueva institucionalidad democrática. Se pudo hacer funcionar la economía productiva y los servicios, bajo control y gestión de los sindicatos, de los trabajadores, no concentrando objetivos en el reclamo de un retorno a la anterior institucionalidad parlamentaria, un retorno imposible, en propuesta de gobierno.

La manifestación convocada en Montevideo el 9 de julio se organizó cuando la conducción de la Huelga General no encontraba salida. La Huelga General del movimiento es heroica, también, lo fue de resistencia, sin iniciativa políticas que trascendiera el viejo sistema, con excepción de los cinco puntos que levantó la oposición al golpe, procurando el retorno a la condición anterior a la madrugada del 27 de junio de 1973.

La iniciativa política audaz, valiente, llegó el 9 de julio en Montevideo, donde se adoptaban las decisiones, aunque demasiado tardía. El movimiento de los trabajadores, creemos, requerirá de otras iniciativas que una política de resistencia, de presión, o de esperar que otros resuelvan, sin intervención dirigente, revolucionaria, del movimiento obrero.

Raúl Campanella

27 de junio de 2023

1. “Seregni plantea al movimiento sindical si no se podía aplazar el levantamiento de la Huelga General unos días, para pasar el 9” (de julio).

Ignacio Huguet, dirigente del COT (Congreso Obrero Textil)

”El transporte había flaqueado por responsabilidad del dirigente Héctor Bentancurt Arriola, al que le dieron el carnet de ciudadano recuperado… nos jugó muy sucio”.

Luis Iguini, dirigente de COFE

“La huelga no podía tener otro carácter que defensivo (…) la visión era que la huelga iba a dividir a las FF.AA”.

Juan Ángel Toledo, dirigente del COT, textil “La Aurora”

“El movimiento de resistencia que lanzan los trabajadores (era) para sustituir al Presidente (Juan María Bordaberry) por el vicepresidente, convocar a elecciones, como está previsto en la Constitución: en ese sentido los objetivos de la huelga son modestos: eran objetivos defensivos… pienso que el planteo político faltó, fue insuficiente, y se llegó a darle demasiado relieve a las promesas de aumento salarial, disminuyendo el planteo político”.

Héctor Rodríguez, dirigente del COT y fundador de la CNT.

(Selección de declaraciones tomadas del libro del Profesor Gonzalo Alsina: “La Heroica defensa de la democracia”, año 2022)

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