El rol de Lula, lo desigual del curso histórico y las formas actuales del desarrollo de la lucha revolucionaria de los pueblos
Foto: Presidente del Brasil abre el Foro de San Paulo (Brasilia, 29 de junio de 2023)
EDITORIAL INTERNACIONAL
Escriben: Eliseo Ramírez y Afonso Magalhaes
En Brasil estamos intentando hacer lo que tenemos que hacer para impulsar el proceso de transformaciones, para que avance desde su transitoriedad, hacia una verdadera transición a un Estado revolucionario, apoyado, sostenido, por el sinceramiento del curso revolucionario en el mundo.
El fracasado intento reciente de golpe de Estado por un grupo mafioso en Rusia, (Wagner), muestra hoy debilidad del imperialismo, que hace más de 30 años logró apoyarse en el golpe de Boris Yeltsin, que puso fin formal a la Unión Soviética, aunque no a su final como necesidad histórica.
En aquel entonces, el Ejército Rojo, no pudo reaccionar: había sido humillado por Mijaíl Gorbachov con su política de desarme del Estado Obrero Soviético: recordamos que incluyó, por ejemplo, la salida de la operación política militar de la Unión Soviética en Afganistán.
En la otra punta, como partido marxista, leninista-trotskista-posadista, tenemos el desafío de impulsar al gobierno de Lula desde abajo hacia arriba. Sin embargo, la ausencia de un partido organizado, preparado en estrechar la relación de ida y vuelta con la base social, el pueblo brasilero, que fue el que garantizó la victoria de Lula contra el neofascista Jair Bolsonaro en octubre pasado.
Es necesario, dedicamos nuestras energías en intervenir en la CMP (Central de Movimientos Populares) y en el PT (Partido de los Trabajadores), apoyando la estrategia propuesta por Lula: distribuir la riqueza y reindustrializar el país, incluida la profundización de la integración con Argentina, China, con el Mercosur, los BRICS (1).
¡Lula está interviniendo mucho, mucho! y muy bien, internamente construyendo confianza social y política en que es posible, de que se puede y debe avanzar profundizando una nueva política distributiva dentro del Brasil (2), como a nivel internacional en su intervención dirigente de la corriente mundial antiimperialista, su participación en un mitin masivo en Paris –a mediados de junio pasado– donde hizo un discurso 100 % antiimperialista.
Ahora, a fines de junio, en el Foro de San Pablo (Brasilia), sencillamente, se declaró comunista, socialista. Catapultó, elevando la importancia de Foro de San Pablo, que navegaba a contramano de una situación mundial favorable – dentro de un curso histórico, que continúa siendo, más desigual que combinado –, un FSP sometido a un funcionamiento políticamente pesado, incluida la reunión en Brasilia, que se cierra hoy domingo 2 de julio, parecida más a un seminario.
Insistimos que Lula no mira el 50,89 % electoral que le permitió acceder nuevamente al gobierno, sino el curso al interior del pueblo brasilero. También el desarrollo regenerativo del Estado Obrero en la Federación Rusa, o los progresos revolucionarios de China Popular etc. Lula logró concentrar la decisión de la clase trabajadora, de ahí a lo mejor del pueblo brasileño, con ese 50,89 %, derrotando un proyecto político siniestro, tanto como idiota, del imperialismo. Plan geopolítico imperialista para dominar Brasil, aplastar a la República Argentina, alejando a México de su actual camino de reanimación de la “revolución Interrumpida mexicana”.
Lula no se sostiene solamente en la Constitución del Brasil, ni en el aparato de un Estado pseudodemocrático, sino en lo que le llega del mundo: no anda sobrevolando el planeta, sino interviniendo en el curso social, cultural y organizativo como dirigente mundial del proletariado. Con su actitud digna, arrastra a la pequeña burguesía, que siempre anhela ver sus “proyectos personales realizados”, perdiendo su carácter de clase explotada, al igual que el resto de los trabajadores.
Esta condición está en el origen de la crisis del Partido de los Trabajadores (PT) del Brasil, como también del peronismo burgués, cuando se ven contradichos por el curso social que les coloca la dirección de Lula, un organizador revolucionario, no un tibio representante de “todos”, política detrás de la que se esconde la socialdemocracia y sus representantes, como José Mujica en Uruguay, Alberto Fernández en Argentina, o Gabriel Boric en Chile.
El proceso de avance revolucionario de la historia, el curso objetivo de progreso de la revolución socialista que se desenvuelve en Rusia, China en particular, con su economía como primera fuerza mundial, al mismo tiempo que reivindica su “vuelta al marxismo”, como plantea Xi Jinping. Un curso que le ha dado, que continúa dando fuerza, a una nueva generación revolucionaria mundial – que más allá de su edad -, está combatiendo contra la dispersión del sistema capitalista, en su etapa última, final.
1. Mapa con destaque de naciones integrantes del BRICS: India, Africa del Sur, Brasil, Federacion Rusa, China Popular.
2. El Presidente Lula da Silva promulgó el pasado 3 de julio una ley que garantiza igualdad salarial entre hombres y mujeres. Llamó a su aplicación con intervención de fiscales del Ministerio del Trabajo, la mujer trabajadora, los sindicatos.
Publicado en la edición del mes de julio de 2023 de Frente Obrero
Periódico oficial del Partido Obrero Revolucionario
Fundadores e integrantes del Frente Amplio
Miembros de la IV Internacional (leninista-trotskista-posadista)