21/11/2024

Carolina Cosse presidenta: nuevo gobierno, nuevo Estado, nueva economía desdolarizada, desde el Frente Amplio y la clase trabajadora

Didáctica, persuasivamente – como lo viene haciendo Carolina Cosse – sostener la confianza en que no solo es posible, sino absolutamente necesario desenvolver una política que asuma la condición de la actual etapa de la civilización y la lucha de clases.

Escribe León Cristalli

El eje de las elecciones, nacionales, sobre todo, también departamentales, municipales, en todas partes del mundo han dejado de ser el que los pueblos vean lo que “acontece” en función nacional, en la realidad mediata e inmediata de cada nación. Existe, en cambio, un proceso de maduración, aún no totalmente consciente en la comprensión de las sociedades actuales, de un curso en desarrollo real, objetivo. Se manifiesta, unifica, por arriba, por encima de los problemas cotidianos, diarios, de entre casa, en donde intervienen, pesan, asuntos globales, universales, planetarios, de la vida de la humanidad. Uno de ellos es la guerra, el ambiente, el comercio, con todas sus consecuencias.

En la vereda de la contrarrevolución mundial, el sistema capitalista, en esta, su etapa final, coloca, propone la política internacional como un centro, un eje de su funcionamiento. Es así que la derecha logra construir sus propósitos en base a la vacilación y temor político de las direcciones clásicas de la clase trabajadora, Es de esta forma, que llegan a elevar al gobierno a tipos como Jair Bolsonaro, Javier Milei, o Alvaro Novoa, en el Ecuador. Personajes, sectores, dentro del sistema capitalista, que abiertamente internacionalizan la lucha política, económica, para enfrentar a la lucha social de clases.

No actúan hoy como lo hacían las burguesías clásicas, sus partidos, en otras épocas, cuando proclamaban engañosas promesas electorales, políticas sociales, económicas, culturales, etc. Ahora, como Javier Milei, ni las mencionan en sus discursos, sino que, a lo Winston Churchill, proclaman una política de “sangre, sudor y lágrimas…”

Se hace entonces necesario, en estas elecciones que están comenzando en Uruguay, analizar, proponer ideas, programas, no reducidos al “paisito”. El Uruguay, su sociedad, por fuera del circuito productivo y distributivo regional, mundial, no tiene posibilidad alguna de conquistar un desarrollo armónico, socialmente justo, aun dentro de los límites del sistema capitalista actual, si el país, no se incorpora abiertamente, política y socialmente, o desde la economía, dentro de una planificación regional, junto a Brasil, Argentina, México, Venezuela, y otras naciones, como Bolivia, Perú, Chile.

Es necesario interpretar para aplicar para esta época, una planificación, una política, un programa para la construcción social y económica de una Patria Grande, que avance hacia la unión de repúblicas socialistas soviéticas de América Latina.

Esto hace a la política de Lula, de cómo hay que interpretar, analizar y operar sobre el curso objetivo, al igual que lo vienen haciendo V. Putin, S. Lavrov, Xi Jimping, desde China Popular.

El principal escollo para el progreso no está en el curso objetivo, mundial, de la lucha de clases, sino en el grado de acomodo y buen pasar de la mayoría de las direcciones clásicas, que se “modernizan”, “se ponen al día” de la realidad, aunque no lo hacen como instrumentos del progreso socialista, sino de contención, que, siendo parcial, resulta dañina.

Aun no colocándose contra el progreso revolucionario, lo contienen o desvían, de acuerdo a sus intereses personales. De esta condición, aprovechó para llegar a una parte del electorado, más allá del lumpen, Javier Milei, cuando denunció lo que son los “punteros”, político barrial, diferente a los dirigentes sindicales burócratas, porque estos se apoyan en la clase obrera, lo que le redituó a J. Milei y su movimiento, unos cuantos puntos electorales dentro de su mísero, real, 29.8 % que consiguió en la primera vuelta de las elecciones.

El ballotage es un rejunte, como en Uruguay, de cómo llegó Lacalle Pou a ser Presidente. La crisis del peronismo burgués se ve claramente en la Argentina, en el por qué sale Axel Kicillof con los tacones de punta, en cómo va construyendo acuerdos comerciales, económicos, inversión industrial, con China, con Rusia, avanzando a un acuerdo con el BRICS en lo que significa un “territorio libre dentro de la República Argentina”.

El rol de V. Putin, de Xi Jimping, en particular, expresa una nueva etapa en la lucha social de clases: uno como Estado Obrero sui generis (China); el otro como un gobierno de absoluta base social soviética, en desarrollo, que representan y actúan en defensa de la humanidad. Lo hace el gobierno comunista chino desconociendo tanto al sionismo como al imperialismo yanqui israelí, llevando aviones cargados de alimentos al pueblo palestino en Gaza. Eso es revolucionario!

Esta condición no se produce sino existe ya una etapa superada en la conciencia de las direcciones de China y Rusia. No la entiendan igual los “nativos”, como la conducción del Frente Amplio, el PT del Brasil, o Unión por la Patria, en Argentina. ¡Pero si en México, donde la revolución supero su interrupción!

Sin duda, es posible triunfar en las elecciones nacionales del Uruguay con la compañera Carolina Cosse. Pero es necesario elevar el piso político social desde donde partimos, destacar la intervención del PIT CNT y los sindicatos, que son la garantía de aplicación de una política desde la clase trabajadora, y no desde la clase media, que tiene intereses propios, que, en determinadas circunstancias, la conducen a la inercia.

Es sumamente central que la compañera Carolina Cosse, tenga una clara política exterior antiimperialista, también, fundamentalmente, al interior del Uruguay en lo que decide a la vida de los trabajadores. Fijar una política que vaya al fondo de cómo se construye y se distribuye el PBI, la renta nacional, que es como la población siente que la ahorca la vida dentro del sistema.

Didáctica, persuasivamente – como lo viene haciendo Carolina Cosse – sostener la confianza en que no solo es posible, sino absolutamente necesario desenvolver una política que asuma la condición de la actual etapa de la civilización y la lucha de clases. Una nueva condición que cambia tiempos, pero no espacios, cuando el sinceramiento del curso compagina dos procesos en forma paralela. Se muestra en Rusia y China, cuando proponen avanzar hacia la Nueva Economía des dolarizada, antiimperialista, anti colonialista.

Una política que no significa orientarse a intentar construir el socialismo ahora, sino, al igual que lo hace Lula en Brasil – en medio de serias dificultades -, ir reorganizando la forma de producir y distribuir, desde el poder de un Estado que, dejando de ser cómplice del sistema privado, pase a ser, revolucionariamente, de transición. Es posible hacerlo, revisando la política económica al interior, y la relación del comercio exterior, junto las alianzas, para conseguirlo.

Tenemos experiencias en Cuba, también en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, México, en América y también en el mundo, con la existencia del BRICS. Carolina Cosse debe pronunciarse, creemos, proponiendo una política y medidas que superen el asistencialismo y paternalismo, que se mantiene por naturaleza contradictoria de parte del programa del Frente Amplio, sin caer en ningún “fundamentalismo idiota” de proponer lo imposible; una forma de no hacer, de no llegar a nada.

La presente nota forma parte de la edición Nro. 1054 de «Frente Obrero» del mes de junio de 2024.

«Frente Obrero», que en 2024 cumple 71 años, es la publicación oficial del Partido Obrero Revolucionario, fundador e integrante del Frente Amplio y miembro de la IV Internacional (leninista-trotskista-posadista)